jueves, 6 de septiembre de 2007

El gen de la gordura



Un sólo gen puede controlar la tendencia de acumular grasa, afirman científicos.

Un equipo de la Universidad de Texas manipuló el gen llamado adiposa, para alterar la cantidad de tejido graso producido por moscas, gusanos y ratones.


Si el mismo efecto pudiera lograrse en humanos, que también son portadores de este gen, es de esperar que pueda conducir al descubrimiento de nuevas maneras de combatir la obesidad y la diabetes.

El estudio fue publicado en la revista Cell Metabolism.

"Desde los gusanos hasta los mamíferos, este gen controla la producción de grasa", dijo el director de la investigación, el doctor Jonathan Graff.

"Eso explicaría por qué tantas personas luchan para perder peso, y sugiere una completamente nueva ruta para el desarrollo de tratamientos médicos para la actual epidemia de obesidad."

"Posiblemente, si se pudiera afectar a este gen, aunque fuera sólo un poco, se podría lograr un efecto benéfico", afirmó Graff.

Descubrimiento

El gen de la adiposa fue descubierto en moscas gordas de las frutas hace más de 50 años, pero los científicos no habían logrado precisar de manera exacta en que desempeña su papel.


Posiblemente, si se pudiera afectar a este gen, aunque fuera sólo un poco, se podría lograr un efecto benéfico
Dr. Jonathan Graff, Universidad de Texas

El equipo tejano utilizó varios métodos para activar y desactivar el gen en varias etapas de la vida del animal y en diferentes partes de sus cuerpos.

Su trabajo sugiere que el gen actúa como un interruptor de alto nivel que le dice al cuerpo que acumule o queme grasa.

Ratones con una actividad adiposa incrementada experimentalmente, comían más o menos lo mismo que un ratón normal.

Sin embargo eran flacos, tenían células grasas que resistían la diabetes y tenían mejor capacidad de control del metabolismo de la insulina y del azúcar en la sangre.


Impacto en la salud

Por el contrario, animales con actividad adiposa reducida eran más gordos y tenían diabetes.

Los investigadores también mostraron que la actividad del gen podía acelerarse o disminuirse, no sólo activarse o desactivarse.

El doctor Graff dice que esto incrementa el potencial para manipular su efecto en el tratamiento de la obesidad.

El próximo paso será probar los mecanismos exactos a través de los cuales el gen ejerce su control.

Sin embargo, el doctor David Alzan, director clínico de la organización Nacional Obesity Forum, advirtió que el desarrollo de tratamientos genéticos contra la obesidad podría demorarse muchos años.

Mientras tanto, advirtió que la única manera de combatir el problema de manera efectiva era promoviendo el ejercicio y la alimentación sana en la población.

"No quiero que mis pacientes vengan a decirme: 'No es lo que como, todo está en mis genes',"dijo.

"No hay que darle a los pacientes otra excusa para que se comporten como víctimas", recalcó el Dr. Alzan.