sábado, 17 de noviembre de 2007

La obesidad empieza en el vientre materno



L
as mujeres embarazadas y en periodo de lactancia que comen más alimentos ricos en grasas y azúcares podrían estar "predisponiendo" a sus hijos a volverse obesos, según expertos británicos.

La alimentación de la madre influye en los futuros gustos del niño, según el estudio.






El estudio, publicado en la revista especializada British Journal of Nutrition, sugiere que la alimentación de la madre influye en el desarrollo de los futuros gustos del niño.

Para llegar a esta conclusión, un equipo de veterinarios del Royal Veterinary College de Londres observó el comportamiento alimenticio de 42 ratas encinta y lactantes y el de su descendencia de 216 especímenes.

Lo que los padres deben hacer es acostumbrar a sus hijos a comer fruta y verduras, acostumbrarlos a no comer chatarra

Algunas ratas fueron alimentadas con una dieta equilibrada y otras con "comida chatarra".

Los investigadores vieron cómo los descendientes de las alimentadas con comida basura desarrollaron un gusto por los alimentos ricos en grasas y azúcares mucho mayor que el de los descendientes de las madres con una dieta balanceada.

Los autores de la investigación aseguran que las tendencias de comportamiento observadas en los roedores se pueden esperar también de los humanos y concluyeron que, incluso antes de nacer, la exposición a la comida basura puede inducir al desarrollo de un gusto por los alimentos vinculados con la obesidad.

"Camino hacia la obesidad"

Según las conclusiones del estudio, si la mujer encinta o lactante come muchas grasas y azúcares los niños tendrán con el tiempo mayores dificultades para "resistirse" a seguir dietas poco saludables.


"Esto podría poner a la descendencia en el camino hacia la obesidad y hacer todavía más difícil la tarea de enseñarles hábitos alimenticios saludables a los niños", dijo la doctora Stephanie Bayol, quien participó en la investigación.

La experta sostiene que estos resultados podrían explicar "por qué algunos individuos encuentran más dificultades que otros a la hora de tratar de controlar la ingestión de comida basura, incluso cuando tienen acceso a alimentos más saludables".

El ambiente, clave

Sin embargo, el Instituto de Nutrición de la Universidad de Chile, duda que las conclusiones del estudio de las ratas puedan ser automáticamente aplicadas a los humanos, ya que en el caso del hombre entra en juego un factor que ella considera fundamental: el ambiente.

"Hasta ahora se han demostrado muchas influencias nutricionales durante el embarazo, que hacen posible una conclusión semejante".

No obstante, "es muy difícil probar una cosa así en humanos porque es muy complicado llegar a una experiencia en la que se puedan separar completamente las influencias hereditarias y las ambientales".

La experta dijo que habría que seguir investigando las conclusiones de este estudio, pero destacó que, independientemente, "hay que prevenir la obesidad en la madre" y por tanto reducir la ingestión de alimentos grasos y azúcares durante el embarazo y la lactancia.


El desarrollo del gusto

Como ejemplo, Cecilia Albala mencionó que los niños que se acostumbran desde que nacen a no agregarle azúcar a la leche mantienen ese hábito durante toda la vida.

"Esto se debe a un aprendizaje que tiene que ver con el ambiente al que está expuesto el niño, es decir, con los hábitos familiares".

"Lo que los padres deben hacer es acostumbrar a sus hijos a comer fruta y verduras, acostumbrarlos a no comer chatarra", recomendó.

FUENTE: BBC