lunes, 28 de abril de 2008

El riesgo de morir durante la cirugía bariátrica.

Quiero empezar diciendo que nuestro grupo de ex gordos, me refiero a los operados por el Dr. Adolfo Guevara, que somos más de 300, asistimos todos los últimos jueves de cada mes a dar nuestro testimonio y saber cómo van los otros operados y las complicaciones que ha tenido cada uno (si es que la tuvieron). Estos testimonios sirven para que los que aun no se han operado, sepan lo que les puede ocurrir y qué riesgos hay así como las complicaciones. Un requisito obligatorio antes de ser operado es acudir a estas reuniones para estar bien informados de lo que se les va a hacer y cuales son sus riesgos, para que de esta manera nadie vaya al quirófano desinformado.
Debo decir que las complicaciones durante la operación son casi del 0% y que la mayoría de complicaciones post operatorias (en el lapso de los primeros 45 días), son causadas por el paciente, es decir, no siguen al pie de la letra lo que el Dr. les indica y beben o se alimentan antes de tiempo causando graves complicaciones y algunas de estas han llegado a ser tan graves que causaron el fallecimiento del paciente, aunque en muy raras ocasiones en un porcentaje menor al 2%.

Nadie va a la operación sin saber lo que le puede pasar, pues todos somos informados por el cirujano que los obesos mórbidos, como nosotros, somos pacientes de alto riesgo debido a las muchas enfermedades colaterales a la obesidad como lo son: diabetes, hipertensión, entre otras.

Aún recuerdo el momento en que estaban por llevarme a la sala de operaciones y cómo me despedí de mi esposa diciéndole, ya está todo arreglado y reza mucho por que nos volvamos a ver en unas horas.

Bueno, todo este bla, bla, bla, es porque desde este blog siempre he aconsejado y animado a las personas con obesidad mórbida a que se operen. Inclusive les he presentado a mi cirujano y han sido operados con muchísimo éxito, el ultimo paciente fue un primo mío de mas de 130 kilos quien a 20 días de la operación ya está trabajando y comiendo dieta blanda.

PERO... hace 2 semanas una amiga que conocí por este blog y a la que animé a operarse, lamentablemente fue la primera de casi 400 pacientes en fallecer en la mesa de operaciones!!
La verdad es que por la gran confianza que le tengo a mi cirujano, que no sólo me operó a mi, sino a mi madre de 77 años de un cáncer en el colon, extirpándolo completamente y además a mi abuela de 100 años! de una colostomía pues tenía una gravísima fístula recto-vaginal, con un éxito rotundo, se me olvidó que siempre en toda operación hay un riesgo de muerte, aún cuando siempre les digo eso a las personas que me lo preguntan, pero como nunca nadie había muerto en una operación efectuada por Adolfo hasta que falleció mi amiga, creo que en el fondo, no lo veía como una posibilidad, pero, esta terrible perdida me lo hizo recordar y de la manera más dura.

Ni qué decir de Adolfo que también se había hecho muy amigo de ella, el pobre quedó hecho pedazos.

Fue precisamente en la última reunión que tuvimos Adolfo y todos sus pacientes, como todos los meses, que dio a todos la terrible y triste noticia de lo sucedido con nuestra amiga, debido a una embolia pulmonar masiva, aun cuando rutinariamente a cada paciente se le pone una fuerte dosis de heparina, medicamento que justamente se utiliza para evitar las embolias o trombosis, pero que, como sucedió en el caso de nuestra amiga, por esas cosas del destino y del organismo de la paciente que por más que se previno sucedió lo más terrible.

En esa misma reunión se encontraba justamente el próximo paciente que será operado esta semana. Él acababa de venir de Italia , donde radica y por coincidencia había llevado un periódico Romano donde hablaban de las muertes ocurridas en Italia por este tipo de operaciones en el quirófano y las cuales, como en el Perú, tampoco llegan al 1% , tanto es así que este paciente, aún luego de conocer lo de la muerte de nuestra amiga, hecho que el mismo Cirujano dio a conocer, siguió adelante con su decisión de operarse pues como todos sabemos estos hechos son muy raros de que ocurran , pero, que siempre hay una diminuta posibilidad de que sucedan, como lamentablemente ocurrió con nuestra amiga que desde el cielo nos sigue dando valor tanto a los que se van a operar como a nuestro cirujano, para que siga adelante con esta cirugía milagrosa que definitivamente nos da una vida nueva.

martes, 1 de abril de 2008

El cerebro tiene un sexto sentido para detectar las calorías

Una investigación desarrollada con ratones ha descubierto que el cerebro tiene un sexto sentido para detectar las calorías en los alimentos y que desencadena mecanismos compensatorios cuando comemos nutrientes con calorías, independientemente de que vengan o no acompañados de azúcares. Este descubrimiento sugiere que no sólo el sabor activa la respuesta cerebral, sino que otras funciones del organismo, como las metabólicas o la detección de señales gastrointestinales, también lo hacen. Conocer bien los procesos cerebrales que nos inclinan a consumir calorías ayudará a comprender mejor las causas de una enfermedad que se está volviendo pandémica en el mundo desarrollado: la obesidad.

El sabor de la comida juega un papel fundamental en nuestro consumo de nutrientes. Pero también los efectos que producen los alimentos en nuestra digestión influyen en nuestras preferencias, independientemente del sabor de lo que comemos, según una investigación cuyos resultados publica la revista especializada Neuron.


Las bases neuronales para este mecanismo de "elección" de los alimentos que consumimos aún son poco conocidas, por lo que un equipo de científicos del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha intentado descubrirlos mediante esta investigación.

En concreto, los investigadores se centraron en un tema que preocupa especialmente a las sociedades de los países desarrollados: el consumo de calorías. Así, descubrieron que el cerebro puede "notar" las calorías que hay presentes en un alimento, independientemente del mecanismo del gusto.

Ciegos al dulce

Al menos eso es lo que pudieron comprobar en ratones. Según explica CellPress en un comunicado, los científicos utilizaron en el experimento ratones genéticamente modificados y ratones normales.

Los ratones genéticamente modificados no notaban los sabores dulces, por lo que eran "ciegos al dulce". Carecían de un componente clave en las células receptoras del sabor, lo que les impedía detectar el dulce.

El experimento consistió en comparar los comportamientos de ambos grupos de ratones ante el dulce. Más concretamente, las pruebas de comportamiento consistieron en comparar las preferencias de los dos grupos de animales por soluciones azucaradas o por soluciones que contenían un edulcorante denominado sucralosa.

Este edulcorante se fabrica a partir del azúcar, a la que sustituye en bebidas bajas en calorías y alimentos procesados. La sucralosa se caracteriza por ser un compuesto muy bajo en calorías.

Los resultados de las pruebas demostraron que los ratones "ciegos al dulce" preferían la solución azucarada, por lo que su elección no podía depender de su sabor, sino de las calorías que contenía esta solución.

De hecho, los análisis del cerebro de estos ratones demostraron que el circuito de recompensa cerebral de los animales se ponía en marcha sólo con la entrada de calorías en el organismo, aunque los ratones no pudieran saborear el azúcar de la bebida.

Estudios electrofisiológicos llevados a cabo con los roedores del experimento demostraron que las neuronas de la región cerebral del núcleo accumbens (grupo de neuronas del encéfalo), que genera la recompensa por la comida o el sentimiento del placer al comer, eran activadas por la ingestión de calorías independientemente del sabor percibido por los animales.

Recompensa calórica

El circuito de recompensa cerebral hace referencia al aumento de los niveles de dopamina en el cerebro cuando se incrementa el consumo calórico.

La dopamina es una hormona y neurotransmisor que se asocia comúnmente al sistema del placer del cerebro, porque propicia sentimientos de gozo y refuerzo que motivan a los individuos a realizar ciertas actividades. De hecho, la dopamina es liberada mediante experiencias naturalmente compensadoras, tales como la alimentación o el sexo.

La preferencia de los ratones por la sacarosa en lugar de la sucralosa se desarrolló tras tan sólo diez minutos de iniciada la prueba de una hora. Las neuronas de la región cerebral de recompensa tardaron en responder a las calorías ese mismo periodo de tiempo.

Los científicos señalan que, con su investigación, han demostrado que los sistemas de recompensa del cerebro, previamente asociados con la detección y asignación de alimentos sabrosos, se activan también en ausencia de la capacidad de saborear, es decir, en ausencia de los receptores de las señales del gusto.

Sexto sentido

Por tanto, estos recursos cerebrales no codifican exclusivamente el impacto de los alimentos en los sentidos, sino que también ejecutan una serie de funciones no identificadas hasta ahora, entre las que se incluye la detección de señales gastrointestinales y metabólicas, escriben los científicos en Neuron.

En su artículo, los investigadores llegan a hablar de la existencia de una especie de "sexto sentido" en el cerebro capaz de detectar las calorías en los alimentos y que le ayuda a detectarlas.

El descubrimiento de esta capacidad es extremadamente importante para entender la patogénesis o el origen del desarrollo de la enfermedad de la obesidad humana. Por ejemplo, explicaría el consumo exacerbado de algunos edulcorantes, como el jarabe de maíz, citado por muchos nutricionistas como causa de la obesidad.

Aunque el estudio se ha hecho de momento sólo en ratones, el cerebro humano podría también detectar calorías en los alimentos y desencadenar mecanismos compensatorios cuando se consumen edulcorantes, lo que quizás podría ayudar a comprender uno de los posibles orígenes de la obesidad.

La preocupación por la obesidad es especialmente relevante en los Estados Unidos, donde el promedio de consumo de jarabe de maíz fue de 28,4 kilos por persona en 2001, la mayor parte proveniente del consumo de bebidas.
Fuente: Yaiza Martínez
Ciberespacio, 29/03/2008