domingo, 30 de octubre de 2011

El estigma de ser gordo, un problema global

Dos mujeres obesas
La gente piensa que los gordos "son flojos" y "carecen de autocontrol".
La lucha de las autoridades sanitarias para combatir la obesidad en el mundo ha provocado un nuevo problema: el incremento del estigma de las personas que tienen sobrepeso.
Ésa es la conclusión de una nueva investigación llevada a cabo en diez países por investigadores de la Universidad del Estado de Arizona, en Estados Unidos.
Tal como señalan los científicos en la publicación Current Anthropology, las actitudes negativas hacia aquellos que tienen sobrepeso o son obesos se están convirtiendo en "una norma cultural" en todo el mundo.
Y esto, advierten, está causando mucho sufrimiento emocional y un incremento de los problemas psicológicos, como angustia y baja autoestima, entre las personas con exceso de peso.

Cambio de ideales

Se sabe que la idealización del cuerpo extremadamente esbelto está muy arraigada en gran parte del mundo desarrollado.
En la nueva investigación, la doctora Alexandra Brewis, experta en antropología biológica, y su equipo querían investigar si esta idealización se haa extendido a otras regiones del planeta, incluidas aquellas donde el cuerpo más redondo y "relleno" era el preferido culturalmente.
Los científicos realizaron entrevistas cara a cara y por internet en zonas urbanas de Argentina, México, Paraguay, Nueva Zelanda, Islandia, Reino Unido, Estados Unidos, Samoa Estadounidense, Puerto Rico y Tanzania.
Los participantes debían responder si eran ciertas o falsas una serie de declaraciones culturales extraídas de la literatura de salud pública global.
"Gran parte de los mensajes negativos de salud están acompañados de mucho contenido moralizador. El estigma causa prejuicios y discriminación y mucho sufrimiento emocional. La propagación de estas ideas estigmatizadoras tienen el potencial de causar enorme daño social"
Dra. Alexandra Brewis
Se les plantearon declaraciones tanto afirmativas como negativas sobre la talla corporal, como por ejemplo: "La gente gorda es floja" o "una mujer llena es una mujer hermosa".
Tal como expresan los autores de estudio, los resultados mostraron que, en lo que se refiere a la gordura y la obesidad, la gente en todo el mundo parece estar pensando lo mismo: la persona gorda y obesa es "floja, fea, poco atractiva y carece de autocontrol".
En todos los lugares investigados se encontraron las mismas actitudes "negativas y moralizadoras", dicen los autores.
"Anteriormente, varios estudios etnográficos haan mostrado que muchas sociedades humanas preferían los cuerpos grandes y rellenos", dice la doctora Alexandra Brewis.
"Los cuerpos rellenos representaban éxito, generosidad, fertilidad, riqueza y belleza", agrega.
Pero las cosas han cambiado y en las últimas décadas el ideal, al menos en el mundo occidental, han sido los cuerpos delgados y entre más flacos mejor.
"Esencialmente estábamos tratando de tomar una 'instantánea' de lo que piensan los adultos comunes y corrientes en una variedad de lugares", explica la doctora Brewis.
"Nos quedamos realmente sorprendidos de la forma como se han propagado las actitudes de estigma hacia los cuerpos con sobrepeso".
La investigación encontró el mayor nivel de estigma hacia los obesos en Paraguay, seguido de Samoa Estadounidense y México.
La gente con menos actitudes negativas hacia los gordos era la de Tanzania.
Y al contrario de lo que se esperaba, en Estados Unidos y el Reino Unido se observó poco estigma en relación con la obesidad.

Normas sociales

Mujer midiéndose la cintura

En todo el mundo se idealizan los cuerpos delgados.


"Encontramos que el estigma de la obesidad era mayor en algunos de los lugares que, creíamos, eran los que aceptaban más a la gordura", afirma la doctora Amber Wuitch, coautora del estudio.
"Creemos que en los sitios donde se han mantenido los puntos de vista estigmatizadores durante más tiempo, la gente ha desarrollado ahora normas sociales sobre la importancia de ocultar las creencias que son vistas como descorteses".
Estas actitudes, que los científicos llaman "moralizadoras", les están causando un problema adicional a las personas con obesidad o sobrepeso.
"Gran parte de los mensajes negativos de salud están acompañados de mucho contenido moralizador", dice Alexandra Brewis.
"El estigma causa prejuicios y discriminación y mucho sufrimiento emocional" dice Alexandra Brewis.
"La propagación de estas ideas estigmatizadoras tienen el potencial de causar enorme daño social", advierte.
Los investigadores subrayan que el estudio fue pequeño y que hace falta llevar a cabo más investigaciones para confirmar hasta qué punto se han propagado estas actitudes estigmatizadoras contra los obesos.
Pero mientras tanto, dice Alexandra Brewis, es necesario "educar" tanto a los medios de comunicación como a las autoridades de salud pública "para garantizar que, cuando se manejan los aspectos relacionados con la obesidad, no se promueva de forma inadvertida un mayor estigma".

Fuente BBC

jueves, 27 de octubre de 2011

Obesidad en niñas ocasiona pubertad precoz

Obesidad en niñas ocasiona pubertad precoz
Una de las consecuencias de la obesidad en las niñas es la pubertad precoz, es decir que se convierten en mujeres antes de tiempo, algo que afecta a su personalidad y autoestima.
Según expertos de CIBERobn (Centro de Investigación Biomédica en Red – Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición) el exceso de masa corporal en el período infantil podría estar acelerando el proceso biológico de la pubertad. Una prueba de ello es que están aumentando los casos de pubertad precoz entre la población infantil.
Asimismo, un informe de la Universidad de Michigan sobre obesidad infantil y pubertad revela que las niñas que son obesas a los 3 años y que aumentan su peso durante los siguientes tres años, llegan a la pubertad a los 9 años. El sobrepeso puede adelantar más o menos en tres años el comienzo de la pubertad.
Recientes estudios demuestran que derivados de las KISSPEPTINAS, proteínas que regulan el eje reproductor, podrían ayudar a retardar el desarrollo sexual precoz de niñas con sobrepeso.
Para ello, el equipo coordinado por el profesor Manuel Tena Sempere, jefe de grupo del CIBERobn y adscrito al Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba, centra sus estudios en esta familia de proteínas que actúan como elementos reguladores clave del eje reproductor.
“Esta línea de investigación, desarrollada hasta ahora en modelos animales , constituye la etapa previa a la posible aplicación clínica de las kisspeptinas como posibles blancos terapéuticos para corregir la fertilidad y las alteraciones pubertales del ser humano”, explica el profesor Tena-Sempere.

¿Qué es la pubertad precoz?: La pubertad precoz se caracteriza por un temprano desarrollo sexual y un aumento de la velocidad de crecimiento. Aumenta la talla del niño para la edad cronológica y se crea una aceleración en la fusión de sus huesos.

Además de tener consecuencias en la salud de las niñas obesas, la pubertad precoz tiene importantes efectos psicológicos al no corresponderse su cuerpo de mujer con su edad cronológica. Hay una discordancia entre la madurez madurez corporal y el infantilismo propio de la edad.

Sin duda la obesidad en la infancia no solo traerá problemas a lo largo de la vida de una persona, sino durante la pubertad. A tomar medidas al respecto.

Fuente: RPP

viernes, 21 de octubre de 2011

Demasiada televisión y dormir poco aumenta un 50% laobesidad en niños


Ver la televisión durante más de ocho horas a la semana y dormir menos de 10 horas al día aumenta un 50% la obesidad en niños, según han constatado diversos expertos reunidos en el marco del X Congreso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) que se celebra en Barcelona.

De hecho, según un estudio realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), un 26% de los niños españoles de entre 6 y 9 años tiene sobrepeso y un 19% obesidad.

Los especialistas han constatado que el desayuno es una de las comidas clave y tiene relación directa con el desarrollo de la obesidad, ya que se calcula que el 20% de los niños y el 35% de los adultos no desayunan, aumentando así el riesgo de desarrollar esta patología.

Por ello, la Seedo ha recordado la importancia de fomentar el consumo de agua en vez de bebidas azucaradas, comer en porciones adecuadas, realizar cuatro comidas al día, eliminar la comida rápida y realizar actividad física como factores previsores de la obesidad en niños.

"Entre los 3 y 6 años el índice de masa corporal se predice a partir del tiempo de visionado de TV y de la actividad física, no la dieta", ha constatado en un comunicado el doctor del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid Miguel Ángel Rubio.

DOCUMENTO DE CONSENSO

También este viernes, la Seedo ha presentado un documento de consenso para recoger las principales conclusiones de esta cita, en las que se subraya que es necesario enfocar el tratamiento y la prevención de la obesidad de forma integral.

Entre las certezas, la sociedad científica señala que la ausencia de disponibilidad de fruta y hortalizas, sobre todo en núcleos humanos con niveles socioeconómicos desfavorecidos, son factores condicionantes de un mayor índice de masa corporal.

Además, comer comida rápida al menos una vez por semana, una pobre adherencia a la dieta mediterránea y un alto consumo de bebidas azucaradas, entre otras medidas, también se asocian con un mayor riesgo de sufrir obesidad.


Fuente: lavanguardia

lunes, 10 de octubre de 2011

Comida mexicana, la esperanza para salvar al país de la obesidad


En México, la comida patria es casi tan sagrada como el himno, la bandera o el equipo nacional de fútbol. Pocas cartas son tan extensas como las de los restaurantes mexicanos. Buena suerte al visitante que se proponga descifrar todas las formas de cocinar el maíz, los distintos tipos de moles o las variedades de chile.
Por eso, muchos mexicanos agachan la cabeza al recordar que, a pesar de tener una de las cocinas más diversas del mundo, encabezan —sólo tras Estados Unidos—, la lista de las naciones más obesas del mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD).
El 70% de los mexicanos sufre sobrepeso u obesidad. En el caso de las mujeres adultas este país ya es número uno en sobrepeso y con los niños el panorama no mejora: 1 de cada tres padece exceso de grasa.
Diferentes tipos de maíz. Archivo. Foto: Ignacio de los Reyes

La dieta tradicional mexicana está basada en el maíz.
Una epidemia que, según las autoridades, está poniendo en jaque a los servicios sanitarios del país, que afecta a todos los grupos de edades y aumenta a gran velocidad. De 1980 hasta ahora, la prevalencia de obesidad y sobrepeso en México se ha triplicado.
Mexicanos como Norma forman involuntariamente parte de ese récord. Inconforme con sus 70 kilos, acude desde hace seis años a la sede en Ciudad de México de Comedores Compulsivos Anónimos, una asociación que ayuda a adictos a la comida.
Peregrinando de talla en talla, llegó a cargar con 100 kilos, la bulimia y serios problemas de autoestima.
"Cuando llegábamos a una fiesta, lo primero que pensaba era qué me iban a dar (de comer), qué tipo de pastel, cuánto me podría llevar a casa para seguir comiendo. Hasta pedía los dulces que dan a los niños, y luego lo escondía y me lo comía solita —cuenta—. Llegué a encontrar 2 kilos y medio de paletas y bolsitas de dulces escondidos entre toda mi ropa".

Azúcar, grasas y sedentarismo

Su adicción al dulce es ejemplo de lo que está haciendo de México un país de obesos, de acuerdo a los expertos.
Los mexicanos se han convertido en los mayores consumidores de refrescos azucarados del mundo, con casi 120 litros anuales por persona, según un estudio de la firma Euromonitor.
En 2003, el consumo de azúcar ya era de 48kg por persona, más del doble del promedio mundial, según el gobierno mexicano.

Y las finanzas... en los huesos

Mujer comiendo tacos en un puesto callejero de Ciudad de México. Foto: Ignacio de los Reyes

En el segundo país más obeso del mundo, los kilos no solo pesan en las caderas. El costo de tratar enfermedades asociadas a la obesidad, como la diabetes, ha aumentado en un 60% en la última década, hasta suponer 1,2% del PIB.
En 2017, el gasto directo será de US$6.500 millones. Sumando los costes indirectos de la obesidad, como la pérdida de productividad laboral, México tendría que enfrentar una factura de hasta US$14.000 millones.
Una situación que haría "inviables" los servicios de Salud a corto plazo: "destinados a la bancarrota", según el ministro de Salud, José Ángel Córdova.
La pasión por el refresco, el aumento en el consumo de comidas procesadas y el sedentarismo (el 60% de la población entre 12 y 29 años reconoce no hacer ninguna actividad física) están detrás de los kilos de más, coinciden expertos y autoridades.
"La saludable dieta tradicional de la tortilla y el frijol ha cambiado, el consumo de frutas y verduras ha caído alrededor de un 35% y la ingestión de calorías se ha disparado, por eso tenemos una obesidad galopante. Necesitamos volver a aquellos hábitos cuando antes", advierte el secretario (ministro) de Salud, José Ángel Córdova.
La única manera de reducir los altos índices de sobrepeso, dice Córdova, será revertir el crecimiento de sobrepeso y obesidad entre niños de 2 a 5 años.
Si no, al país le espera una pesadilla propia de las noches de atracón.
"La diabetes melitus de adultos, secundaria a la obesidad, ya está apareciendo en niños de 12, 13 o 15 años. Sin un control adecuado, con 25 años ya podrían sufrir amputaciones, cataratas tempranas o insuficiencia renal", le dice a BBC Mundo.
En 2010, esta enfermedad provocó más de 72.000 muertes en el país, casi el 15% del total de fallecimientos.
Por eso ya se está empezando a sacar azúcar y grasas excesivas de los desayunos escolares, se ha prohibido la venta de refrescos en escuelas básicas y se han retirado alimentos procesados de las máquinas expendedoras de centros escolares.

Menos fritos, más asados

"A partir de que se ha dejado de comer la comida tradicional mexicana y se ha empezado a comer alimentos industrializados se ha visto un aumento de la obesidad"
Elisa Gómez, Asociación Mexicana de Nutriología
En algunas escuelas de Distrito Federal ya se pueden ver galletas de avena, dulces de tamarindo o jugo de nopal entre las ofertas alimenticias.
"A partir de que se ha dejado de comer la comida tradicional mexicana y se ha empezado a comer alimentos industrializados se ha visto un aumento de la obesidad", explica Elisa Gómez Reyes, presidenta Asociación Mexicana de Nutriología.
Pero no será fácil convencer a un mexicano de que volver a sus raíces puede salvarle la vida, advierte.
Se han pervertido los procesos de preparación de la cocina local, le dice Gómez a BBC Mundo: el frito y el empanizado han ganado terreno frente al asado o la plancha, por ejemplo, en recetas típicas como los tacos o las quesadillas.
"Hablar de la gastronomía mexicana no es hablar de los productos que venden en los puestos de la esquina. Es mucho más rica", asegura, "y desayunar tortillas con dos huevos al estilo mexicano y una taza de fruta puede ser muy saludable".

"Es lo que nos une"

Enrique Olvera, chef del restaurante mexicano Pujol. Foto: Alberto Nájar

Dice el chef Olvera que el secreto es cuestionar qué comerían nuestros abuelos.
El chef Eduardo Olvera es un icono de la comida nacional de vanguardia y un paladín entre los que quieren recuperar el recetario de antaño para rebajar la panza.
Su restaurante Pujol, en Ciudad de México, se convirtió este año en el primero de gastronomía mexicana en ser incluido en la prestigiosa lista San Pellegrino de los mejores del mundo, publicada por la revista Restaurant.
"Antes México no era un país de gordos, más bien tiene que ver con la industrialización de la cadena alimentaria y la pobreza, no es aceptable que sea más barato comprarse una sopa instantánea que unos frijoles", le dice a BBC Mundo.
Su receta para que el país recupere su silueta pasa por manejar bien los niveles de calorías, reducir las porciones y recurrir a la compra de productos de temporada. "En definitiva, preguntarte qué es lo que comerían tus abuelos".
En un país que se debate entre la modernidad y la tradición, Olvera tiene claro que el precio que pague México por el desarrollo económico no debe ser acabar pareciéndose a Estados Unidos en su dieta.
Este chef está convencido de que México debe cambiar su forma de comer y confía en que la comida puede ser precisamente la que acabe guiando a México.
"La alimentación es lo que nos une a todos. Y si los brasileños tienen el fútbol… nosotros tenemos la comida".