lunes, 18 de marzo de 2013

Guatemala: Entre la obesidad y la desnutrición


De acuerdo con el Ministerio de Salud, el 21 por ciento de los adultos son obesos y 39 por ciento más tienen sobrepeso, lo que se advierte como una situación de alto riesgo para el 60 por ciento de los guatemaltecos mayores de edad que no realizan ejercicio y mantienen hábitos alimenticios que pueden ser peligrosos.


Esta complicada situación se encuentra en contraposición al problema severo de desnutrición crónica, con una prevalencia del 49.8 por ciento en los niños menores de cinco años y que cobra cientos de vidas cada año.

“Hace como dos años empecé a perder el control de mi peso. Salí de vacaciones con  la intención de pasar una semana tranquila y relajada, pero fue entonces que adquirí el hábito de “picar” entre comidas; todo lo que ponían en la mesa era bueno para comérmelo, papitas, chocolates, pan… para mí era igual”, recuerda Juan Carlos, un joven de 26 años de edad, que padece de obesidad.

Juan Carlos cuenta que su problema se agudizó cuando se llevaba la comida a la boca, no por hambre, sino por ansiedad: “Yo me devoraba varios platos de comida al mismo tiempo, y quería más y más, aunque mi estómago reventara. Es algo incontrolable”. El joven asegura que esa situación se repetía en cada tiempo de comida, pero especialmente en la cena.

De regreso a la rutina y con el paso del tiempo, el hábito ya era parte de su vida normal, sin embargo no se dio cuenta que el mantener el cuerpo inactivo y la acumulación de grasa por el consumo excesivo de comida provocaba un aumento exagerado de su masa corporal.

Con el excedente de peso también llegaron los problemas de salud y las críticas del entorno. El joven cuenta que una vez, luego de un almuerzo excesivo, sus amigos se burlaron de él por su hábito de comer a toda prisa y sin limitaciones. Eso le hizo reflexionar sobre lo que le ocurría.

 “Algo sucedió en ese momento, sigo teniendo grabada la imagen que acabo de relatar, y decidí emprender una ofensiva contra la comida. Y todavía le dije a mis amigos que aún pensaba comer un postre, ambos se volvieron a mirar y ante su cara de incredulidad y de miedo, vieron como yo solo consumía una gran porción de pastel; tuve la sensación que hasta el mesero se estaba burlando de mí”.

“Fue entonces que empecé a ver qué podía hacer para cambiar ese hábito, que perjudicaba mi salud y mi aspecto físico, digo mi salud porque a causa de la grasa que acumulaba se me hacía difícil caminar y me fatigaba con facilidad”, comenta.

Según el Programa Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas no Transmisibles y Cáncer del Ministerio de Salud (PNECNTC- MSPAS) el problema que afronta Juan Carlos también le afecta al 21 por ciento de los adultos y el 39 por ciento tiene sobrepeso.

Pero lo más preocupante es que 12 por ciento de los adolescentes también son obesos y el 25 tienen sobrepeso, y en el caso de los niños menores de 10 años, un 5 por ciento son obesos.

Juan Carlos decidió asistir a una clínica de nutrición y empezar un tratamiento que le ayudara con su problema de obesidad y ansiedad; hoy se siente con ánimos para seguir adelante a pesar de su problema de sobrepeso y obesidad.

LAS CONSECUENCIAS
Eduardo Palacios, del PNECNTC, indica que la obesidad es el excesivo aumento de peso ocasionado por la acumulación de grasa corporal y se debe a que las personas están teniendo una dieta poco o nada saludable que incluye en excesos las grasas saturadas o grasas trans, y que además no contemplan la actividad física en su rutina diaria.

El profesional señala que la obesidad trae consigo enfermedades como diabetes mellitus, hiperlipidemia (elevación de las grasas en la sangre); enfermedades cardiovasculares, como  hipertensión arterial (presión alta), enfermedad de arterias coronarias, infartos del corazón, accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales) cáncer de mama y colon, entre otros, y secundariamente insuficiencia renal crónica, problemas óseos, de las articulaciones y hasta problemas psicológicos.

Según Palacios, existe una preocupación en el ámbito mundial, porque el costo de los tratamientos de las enfermedades producidas por la obesidad es tan alto que prácticamente ningún país tiene la capacidad para tratarlas. Sin embargo, estas enfermedades son prevenibles en más de 60 por ciento de los casos mediante los hábitos de vida saludables y éste es el enfoque más efectivo que debe seguirse.

Además, Palacios indica que los niños que padecen desnutrición crónica tienen, al recuperarse de esa condición, una probabilidad mucho mayor de ser obesos que los niños con nutrición normal.

Entretanto Hugo Leonel Lima, Director Médico del Patronato Guatemalteco contra la Obesidad, indica que la obesidad es una enfermedad crónica originada por varias causas y con numerosas complicaciones que se caracterizan por un exceso de grasa en el organismo.

Se considera obesa a una persona que haya aumentado su peso corporal a expensas del tejido adiposo que supere el 20 por ciento en los varones y el 25 por ciento en las mujeres.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, dos de cada tres individuos con obesidad tienen más probabilidades de presentar diabetes, hipertensión, infartos y cáncer, así como problemas cardiovasculares, respiratorios, osteoarticulares, digestivos, renales, cutáneos, sexuales, neurológicos, psicológicos y sociales.

Lima indica que el Ministerio de Salud debería implementar un programa en cuanto a educación y concientización de las personas en lo referente al sobrepeso y obesidad. En la medida que se vaya disminuyendo esta enfermedad, lo cual evitará complicaciones principales con las enfermedades asociadas, “se debe trabajar más en medicina preventiva y no en la curativa”, la educación es fundamental.

“GRANDES PROBLEMAS”
Para María José Basterrechea, Especialista en Nutrición, la obesidad como la desnutrición son grandes problemas nutricionales, consecuencia de la pobreza del país.

“No comer o simplemente comer lo equivocado puede llevar a una desnutrición o una malnutrición y ambos espectros del panorama son dañinos para la salud”. La obesidad se da cuando la ingesta de calorías sobrepasa el gasto energético, es decir, que uno come más de lo que se mueve.

“No solo la cantidad sino también la calidad de la comida son factores que afectan la salud”, señala la experta. La comida barata es rica en carbohidratos refinados, grasas dañinas al corazón y grandes cantidades de azúcar.

Según la profesional, el sistema de Salud de Guatemala, así como ninguno en el mundo, va a poder soportar tratar las 62 comorbilidades de la población que se asocian al sobrepeso y la obesidad.

Por lo tanto, la mejor alternativa, según Basterrechea, es la prevención, campañas de educación nutricional que alerten a la población; y por supuesto crear oportunidades de trabajo para que la población tenga recursos para comprar alimentos y puedan así nutrir a sus familias de una manera adecuada, ya que comer sano implica un gran gasto en la economía familiar.

QUÉ SE DEBE HACER
Tener una dieta saludable, rica en frutas y vegetales, leche descremada o similar, carne magra, cereales integrales, semillas, etc., señala la nutricionista, quien además hace un llamado para evitar las grasas saturadas, chicharrones, gordos, mantecas, mantequilla, crema, caldos, frituras, así como las grasas trans, las margarinas, cubitos de consomé y los azúcares simples.

Pero también cocinar con aceites poliinsaturados, canola, maíz, o girasol, evitar las comidas rápidas, papas fritas, hamburguesas, pizzas, pollo frito, pero también las comidas típicas que llevan manteca como los tamales, paches, chuchitos, tacos, tostadas, aunque en lugar de manteca pueden prepararse con aceites para poder consumirlos con tranquilidad.

Basterrechea estima que el balance perfecto de alimentación adecuada y ejercicio constante es la única posibilidad de evitar en el futuro serios problemas sociales relacionados con la obesidad.

LOS CONTRASTES

DESNUTRICIÓN
La tasa de desnutrición crónica en menores de 5 años era en el 2012 de 49.8 por ciento, es decir, que la mitad de los niños y niñas desnutridos crónicos de Centroamérica se encontraban en Guatemala.

Esta tasa es aun mayor en áreas de la población indígena, especialmente en el Occidente, donde existe una prevalencia de este mal superior al 90 por ciento.

Según la Encuesta Nacional de Micronutrientes del 2009-2010 reportó que el 35 por ciento de los niños menores de cinco años padece deficiencia de zinc, el 26 por ciento de hierro y el 13 por ciento de vitamina B12. La prevalencia de anemia en la niñez menor de cinco años es de 47.7 por ciento y en las mujeres no embarazadas y embarazadas es del 21.4 por ciento y 29.1 por ciento respectivamente.

El 12 por ciento de los niños y niñas nacen con bajo peso. 61 por ciento es el nivel de desnutrición en los municipios priorizados, según la  Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil 2008-2009.

OBESIDAD
La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible que se caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo; es decir, cuando la reserva natural de energía de los humanos y otros mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal se incrementa hasta un punto donde está asociada con numerosas complicaciones como ciertas condiciones de salud o enfermedades y un incremento de la mortalidad.

El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.

Según datos de la OMS, dos de cada tres individuos con obesidad, tienen más probabilidades de presentar diabetes, hipertensión, infartos y cáncer. En Guatemala el 21 por ciento de los adultos son obesos y el 39 por ciento tienen sobrepeso, es decir, que en total el 60 por ciento de los guatemaltecos adultos tienen el problema. Esto principalmente por los malos hábitos de alimentación y por la falta de ejercicio.
“No comer o simplemente comer lo equivocado puede llevar a una desnutrición o una malnutrición y ambos espectros del panorama son dañinos para la salud”.
 
Fuente: lahora.com