miércoles, 23 de octubre de 2013

Cuidado con las alergias alimentarias



 


En España, los alérgenos más comunes son los derivados del huevo, del pescado y de la leche de vaca: entre los tres suponen casi el 60 % de todas las alergias alimentarias. Sin embargo, los más peligrosos para la salud, por las reacciones que provocan, son los frutos secos.

LECHE DE VACA. Su faceta alergénica es un problema casi exclusivamente infantil. A pesar de que la caseína es la proteína más abundante en la leche, la sensibilización ocurre con mayor frecuencia con la betalactoglobulina y, en menor medida, la alfalactoalbúmina. El calor no destruye estas dos proteínas lácteas, por lo que de nada sirve hervir la leche. La incidencia de alergia a las proteínas de la leche de vaca varía según diferentes estudios entre el 0,3% y el 7,5% de la población. En algunos casos, el rechazo a estas proteínas lácteas es la primera manifestación de la predisposición alérgica de un individuo. Se ha observado que aproximadamente un 40% de niños sensibilizados a las proteínas de la leche de vaca desarrolla alergia a otros alimentos y un 28% lo hace a agentes ambientales -pólenes, ácaros, hongos, epitelios de animales-. También se asocia con frecuencia a dermatitis atópica. La predisposición genética o atopia, ser varón y emplear la lactancia artificial en lugar de la lactancia materna son los principales factores que predisponen a padecer esta alergia.

Huevo. Las proteínas de la clara son el problema. Esto explica que la mayoría de los niños presenten sus primeros síntomas al tomar tortilla a la francesa, sobre todo si está poco cuajada. Al hablar de alergia alimentaria infantil hay que prestar atención al rechazo como síntoma orientativo.

Pescado. La alergia causada por pescado o marisco es más duradera en su sensibilización y puede perdurar durante décadas o toda la vida. Sus propias proteínas, la histamina que se forma al descomponerse y el parásito anisakis pueden causar reacciones alérgicas. En concreto, este nematodo, cuyas larvas viven en el conducto digestivo de muchas especies marinas, desde la merluza y el atún hasta el pulpo y la langosta, son responsables de crisis graves en personas sensibles. Como se vio en el capítulo del pescado, el anisakis se introduce en el ser humano al ingerir pescado crudo, en salazón, ahumado, en escabeche, marinado o poco cocinado. Nadie está seguro de si congelar el pescado por debajo de los 20 grados bajo cero durante al menos 72 horas y cocinarlo por encima de los 60 ºC es suficiente para matar la larva, aunque si la congelación se ha hecho en alta mar existen más probabilidades de que así sea. Si sólo aparecen síntomas digestivos por la parasitación, estamos ante una anisakiasis, y si se desarrollan manifestaciones cutáneas o síntomas generales se trata de una reacción alérgica. Actualmente, la mayor parte de los investigadores consideran que para que haya alergia es imprescindible que el gusano haya estado en el tubo digestivo del afectado. La anisakiasis es frecuente sobre todo en sociedades como la japonesa, donde la ingestión de pescado crudo es muy frecuente. En nuestro medio, la forma habitual de exposición es por el consumo de boquerón en vinagre. Además, hay que tener en cuenta que las personas con alergia al pescado pueden tener reacciones tras la ingesta de otros alimentos, como carnes de animales -cerdo, gallina, conejo- alimentados con harinas de pescado.

Frutos secos. El principal peligro proviene de que en muchas ocasiones estamos ante alergenos ocultos y de que son responsables de la mayoría de las reacciones anafilácticas mortales o casi mortales. En la mayoría de los niños, la alergia a la leche y huevo se supera con el paso de los años; a la del pescado a veces también, pero en los frutos secos casi nunca remite. En un estudio del año 1990 realizado en Barcelona, Amat y sus colaboradores refieren como sensibilización más frecuente la de la almendra (89%) seguida de cacahuete (80%), avellana (76%), nuez (39%) y piñón (30%) en nuestro país. El cacahuete en concreto es una leguminosa, por lo que los pacientes con alergia a veces presentan síntomas con otras legumbres y viceversa. Por otro lado, también es frecuente la aparición de alergia a varios frutos secos (aproximadamente en un 2535% de los alérgicos al cacahuete también lo son, por ejemplo, a la nuez, el anacardo o el pistacho). Otra cuestión que hay que tener en cuenta es la reactividad cruzada que puede existir en niños alérgicos al látex con la castaña, piñón, pipa de girasol y nuez, entre otros frutos secos.

FUENTE: MUY INTERESANTE