lunes, 14 de octubre de 2013

El estrés y su repercusión en la familia





Cada vez hay gente que vive sumergida en el estrés por exigencias laborales o problemas personales que no saben cómo sobrellevar.

Se dice que es el mal de este siglo, pues cada vez son más las personas que han adoptado en su estilo de vida vivirlo dentro de la vorágine que el tiempo y la modernidad exigen. Nos referimos al estrés y cómo silenciosamente se va apoderando de hombres y mujeres, sin importar la edad, que buscan sobresalir en un mundo competitivo sin medir las consecuencias que ello conlleva.

El estrés, cuyo origen en inglés es tensión, es la reacción fisiológica del organismo a diversas situaciones que puedan significar un problema, preocupación o consecuencia de una enfermedad, que active el mecanismo de autodefensa del hombre o de la mujer.

Los síntomas pueden manifestarse en nerviosismo, pulso acelerado, sudoración de la piel, pupilas dilatadas, resequedad de la boca, vahído, como respuesta natural y necesaria para la supervivencia. Cuando el individuo no sabe controlar estas emociones, y son demasiado repetitivas, puede alterar su modo de vida y desencadenar serios problemas de salud.

El estrés puede afectar la vida familiar, bastará que uno de sus integrantes lo padezca para que se contagie el resto. Las personas suelen llevar a casa, por lo general, los problemas del trabajo o de la calle, y voluntaria e involuntariamente involucrar a la pareja y los hijos en asuntos ajenos a ellos, y eso alterar sus vidas.

El hombre tiende a alejarse, renegar y encerrarse en sí mismo, y piensa que su relación está en peligro. En el caso de la mujer los síntomas característicos son agobio, reacciones exageradas por cosas pequeñas, y agotamiento. Su pareja, en vez de apoyarla, se enfurecerá porque ella está molesta. Esta incomprensión entre ambos cónyuges puede agravar la situación.

No todas las personas experimentan el estrés de la misma forma. Hay quienes lloran, gritan, golpean a alguien o le dan de puñetes a la pared, pero eso no resuelve el problema. Otros buscan conversarlo con alguien en quien confían, y eso ya puede ser una forma de afrontar mejor el problema.

Las causas del estrés pueden deberse a diversos motivos; el más frecuente es el laboral, por exceso de responsabilidad, malas relaciones con sus jefes, miedo a perder el empleo o no dar la talla. Otra razón es por la pérdida de un ser querido, amistades o personas a las que estábamos apegados; la etapa de duelo tomará un tiempo en sobrellevarse.

El ruido ambiental, el caos en el que está sumergido el entorno en donde uno se encuentra, aunado a las presiones y exigencias personales, pueden ser otra razón más para estar en permanente estrés. También está la soledad, no tener contacto con alguien en quien confiar, conversar o salir, puede sumir a la persona en angustia y depresión.

¿Cómo sobrellevar una situación de estrés?

Busca ayuda, rodéate de personas que te comprendan y te den su respaldo, y no que te agobien más con problemas similares.

Aprende a controlar tus sentimientos cuando algo te moleste. No te pongas nervioso(a). En situaciones así aprende a reconocer cómo te sientes y expresarlos.

Evita desquitarte contigo mismo(a), trátate bien y busca la ayuda o soporte necesarios.

Procura resolver el problema y no quedarte en él. Una vez recuperada la calma podrás ver mejor el panorama y buscar una solución.

Quedarse en pensamientos negativos solo ahondará la situación de estrés.

Atraer pensamientos positivos y buscar un plan B al problema, servirá de mucho y mantendrá viva la esperanza de superar ese momento de crisis.

Fuente; RPP